domingo, 21 de marzo de 2010

Inspiración Nocturna.


Por el éter resbala melancólica

la luna, y en mi frente se refleja;

a su brillo argentado se asemeja

el color de mi faz.

De la brisa nocturna el ala rápida

sutil bate mi rubia cabellera,

como las hojas de gentil palmera,

balancea fugaz.



Oscuridad, silencio, aspecto tétrico

muestra la noche tácita al ser mío,

sólo me afecta de un lejano río

el parlero rumor;

Que, llevado en las alas de aire trémulo,

se parece, en su plácido murmullo,

al compasado y pavoroso arrullo

del eterno sopor.


Cual volubles vapores, sombras fáciles

antepuestos al sol ocasionaran,

e invisibles, aéreos, se espaciaran

entre la claridad;

Así veo cruzar seres fantásticos

de la luna a los pálidos reflejos,

y vagando se pierden allá lejos

entre la oscuridad.


De vibrátil campana al son profético

exánime ha zumbado en mis oídos

y débiles temblaron mis sentidos

a su fúnebre son.

¡Y pocos mostrarán sus ojos húmedos

a ese sonido que en el viento espira

pues su divina voz no les inspira

Santa meditación!



Todos duermen, menos yo,

todo en el mundo reposa,

la campana enmudeció

el aura sobre la rosa

tranquila se adormeció.

Sordo el río susurrando

me acompaña solamente,

y con su murmullo blando

me hace acordar inocente

que el tiempo se va pasando.

Pero vano mi pensar

se pierde allá con su ruido

los dos iremos a dar

yo al seno del eterno olvido

y él al seno de la mar.

Pues, con sonoros despeños,

va rodando su cristal

por entre prados risueños,

cual la vida del mortal

que se desliza entre sueños.

Están plácidos olores

el viento aromatizando,

los condensados vapores

se posan, perlas formando,

en el cáliz de las flores.

El claro río que abruma,

con sus aguas transparentes,

la yerba que le perfuma,

la matiza con bullentes

globos de nevada espuma.

Y como ancho se dilata,

todo el estrellado coro

en su cristal se retrata…

parecen lágrimas de oro

embutidas sobre plata.

Mas ya la aurora cercana

asoma su frente hermosa

entre celajes de grana,

y traza sendas de rosa

del sol a la luz temprana.

Despiértase el aura leve

al brillar sus lumbres rojas,

y a su movimiento breve

tiemblan las húmedas hojas

del árbol que ondeante mueve.

La flor su botón rompió,

y al sol que nuevo amanece

y que la vivificó,

en holocausto le ofrece

las perlas que recogió.

Todo vuelve a florecer,

todo al ver el sol se aviva,

mas la noche ha de volver…

y en aquesta alternativa

todo camina al no ser

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