Odio como me hablas y odio tu corte de pelo. Odio como me miras sin recelo. Odio la manera en que lees mi mente. Te odio tanto que me enferma, hasta me haces rimar. Odio que tengas razón, odio cuando mientes. Odio que me hagas reír, incluso más que me hagas llorar. Odio no verte a la cara y no me hayas llamado. Pero más odio no odiarte… ni un poquito, ni un ápice, ni nada.
(Parafraseando el poema de Kat en la película de 10 Things I Hate About You: 1999)
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