Note el suave piso de madera en las rodillas y luego en las palmas de mis manos, y al final, contra la piel de mi mejilla. Esperaba poder desmayarme, pero para mi desgracia no perdí la conciencia. Las oleadas de dolor, que apenas me habían rozado hasta ese momento se alzaron y barrieron mi mente, hundiéndome con su fuerza.
Y no salí a la superficie.
<< ESTEPHENIE MEYER >>
“Harto de toda razon
por una pausa de la muerte grito
al ver como se mendigan los meritos
y floreciente el vacio
la inocencia de la Fe violada
y el áureo rostro del honor vendido
el Himen de la virtud subastado
y su perfección para equívocos ruines
y el poder inflamado por cohechos
y el arte seducido por la autoridad
la censura del Talento por necios y carcelarios
la sencilla verdad vestida de juez solemne
y el corazón timado, al servicio del dolo…
Cansado de su razón
de Todo quisiera irme.
Pero al morir,
mi amor quedaría sola…”
(W. shakespeare, sonnets, LXVI; versión (libre) RDLS)
Sinceramente, este dolor me agobia...
B.T.M.
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